jueves, 11 de octubre de 2012

¿Animación Misionera o Misión?

En la época en que Europa era mayoritariamente cristiana, tenía sentido que los Institutos Misioneros “Ad Gentes” instruyeran al pueblo de Dios de que la Iglesia no existe para sí misma, sino para la Misión, y que la finalidad de la Misión es construir el Reino de Dios. Como resultado de esta Animación Misionera del pueblo de Dios, Europa llevó el Evangelio a los cuatro rincones del mundo.

Aunque sigue manteniendo una visión cristiana del mundo, Europa ya no es cristiana. Para ser misionero hay que ser creyente; no se puede hacer Animación Misionera entre no creyentes; lo que se hace entre no creyentes es Misión.

Nadie da lo que no tiene; no podemos exhortar a los que no creen, a los que dudan o a los que tienen una fe débil a compartir su fe, a ser misioneros. Por eso la mejor manera de hacer Promoción Misionera aquí y ahora es hacer Misión, y el mejor testimonio misionero es ser aquí y ahora lo que antes hicimos en las tierras donde el Evangelio aún no era conocido.

El número de fieles ha disminuido y el número de sacerdotes aún más, pero no así el número de lugares de culto. Los pocos párrocos tienen ahora varias parroquias y se ven absorbidos por el cuidado pastoral de un rebaño pequeño y disperso. Ante este problema, muchos miembros de los institutos misioneros “Ad Gentes” han cambiado las redes por el cayado.

¿Acaso pastoreando a las pocas ovejas que quedan llenamos el vacío de las muchas que han abandonado el rebaño? Los que somos pescadores debemos adaptar nuestros anzuelos, redes y técnicas de pesca a la nueva situación, no cambiar de profesión; no podemos dejar de ser lo que somos por vocación. Pero si tuviéramos que ser pastores, al menos deberíamos ser Buenos Pastores, y el buen pastor se parece al pescador porque es el que deja las 99 para ir en busca de la oveja perdida.

Pe. Jorge Amaro, IMC (Trad. LIliana Monroy)


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