miércoles, 1 de enero de 2025

Contemplando los veinte misterios del Santo Rosario


"Recen el Rosario todos los días para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra."
(13 de mayo de 1917 - Aparición de Nuestra Señora en Fátima)

¿Qué es el Rosario?
Nuestra Señora no solo pidió en la primera aparición que se rezara el Rosario todos los días; insistió en esta petición en todas sus apariciones subsiguientes hasta la última. El Rosario y Fátima son inseparables, pero el Rosario también es inseparable de otras apariciones marianas.

El término "Rosario" proviene de las 150 (ahora 200) Avemarías entrelazadas en grupos de 10 con la oración del Padrenuestro y el Gloria, además de las meditaciones de los misterios de la vida de Jesús y nuestra redención, formando así una "corona de rosas" ofrecida a María, Madre del Señor y nuestra Madre.

Los veinte misterios de la vida de Cristo están divididos en cuatro series de cinco misterios cada una. En cada Rosario se reza solo una de estas series, que son: los Misterios de la Alegría, relacionados con el nacimiento e infancia de Jesús; los Misterios de la Luz, que reflejan a Jesús como la luz del mundo durante su ministerio; los Misterios del Dolor, relacionados con la Pasión y muerte de Cristo; y, finalmente, los Misterios de la Gloria, que contemplan la Resurrección y Ascensión de Jesús al Cielo.

Inspirado en el capítulo 12 del Libro del Apocalipsis, que se refiere a María coronada con una corona de 12 estrellas, concebí 12 misterios marianos, reflexionando sobre cómo la vida de María está entrelazada con la de su Hijo desde su concepción hasta la Asunción y coronación en el Cielo. Al igual que los misterios del Santísimo Rosario, estos misterios marianos también contemplan la vida de Jesús, pero desde la perspectiva de Su Madre.

La importancia del Rosario en nuestra vida espiritual
Rezar el Rosario es permitir que María nos guíe en la meditación de los misterios de la vida de Su Hijo. Esta práctica ayuda a mantener el corazón y la mente centrados en las enseñanzas del Evangelio, fortaleciendo nuestra fe en Dios y Su presencia en el día a día.

El ritmo repetitivo y meditativo de las oraciones proporciona un estado de calma e introspección. Muchas personas encuentran paz interior y consuelo al rezar el Rosario, especialmente en momentos de dificultad, ansiedad o angustia.

En el Santísimo Rosario, la repetición de las Avemarías cincuenta veces (diez veces por misterio) tiene la finalidad de evitar que la mente se distraiga de la contemplación del misterio. El objetivo no es centrarse en cada Avemaría y Padrenuestro, sino usar estas oraciones como mantras, permitiendo que la mente alcance un estado de contemplación de lo divino.

Cómo se reza el Rosario en Fátima
Al hacer la señal de la cruz, se dice:

Dios, ven en nuestro auxilio. / Señor, date prisa en socorrernos

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. / Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

  • Proclamación del Misterio de la vida de Cristo a ser contemplado.
  • Proclamación del texto bíblico referente al misterio.
  • Pausa durante un tiempo adecuado.
  • Recitación de un Padrenuestro y diez Avemarías.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. / Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Oh, María concebida sin pecado / ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Oh, mi Jesús, perdónanos y líbranos del fuego del infierno (muerte eterna); /lleva a todas las almas al Cielo, especialmente a las que más necesiten de tu misericordia.

Al final del quinto misterio se rezan tres Avemarías por las intenciones del Papa.

Salve Reina
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce y siempre Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de las promesas de Cristo. Amén.

Distribución de los Misterios de Cristo a lo largo de la semana

  • Domingo y miércoles: Misterios de la Gloria (o gloriosos).
  • Lunes y sábado: Misterios de la Alegría (o gozosos).
  • Martes y viernes: Misterios del Dolor (o dolorosos).
  • Jueves: Misterios de la Luz (o luminosos).
  • Sábado: Misterios Marianos.

Misterios Gozosos
Meditamos el inicio de la redención de la humanidad, desde la Anunciación a María y la encarnación del Hijo de Dios hasta la adolescencia de Jesús.

Misterios Luminosos
Los Misterios Luminosos, introducidos por el Papa Juan Pablo II en 2002, pretenden llenar el vacío entre los Misterios Gozosos y Dolorosos, pero acaban dejando fuera una parte esencial de la vida de Jesús, en la que Él se revela como modelo de Humanidad, Camino, Verdad y Vida. Él es aquel con quien debemos compararnos para ser auténticamente humanos, y, al mismo tiempo, es nuestra salvación, nuestra fuente de salud espiritual aquí y ahora, además de ser el camino hacia el Padre.

La vida de Jesús se puede resumir en los milagros que realizó y las enseñanzas que pronunció, siendo el Reino de Dios el propósito primordial de su venida. Así, propongo, en el tercer misterio, sustituir la “Proclamación del Reino de Dios” por “El Reino de Dios en las palabras y milagros de Jesús”.

En efecto, Jesús no solo anunció la llegada del Reino, sino que también demostró que ya está presente entre nosotros a través de sus enseñanzas y milagros. El Reino de Dios comenzó con la venida de Jesús al mundo; está entre nosotros, aunque aún no en su plenitud. Depende de nosotros, Sus discípulos, llevar adelante su misión de transformar este mundo en el Reino de Dios.

Este cambio en el tercer misterio luminoso ofrece una visión más completa de la vida pública de Jesús y está alineado con el propósito original de los Misterios Luminosos.

Misterios Dolorosos
Meditamos en el proceso de la Pasión y muerte de Jesús, desde la agonía en el Huerto de los Olivos hasta su último suspiro en la Cruz. Al decir que Jesús murió por nuestros pecados, entendemos que Él pagó la deuda que no podíamos saldar, reflejando el pecado de toda la humanidad.

Misterios Gloriosos
Meditamos en el triunfo de Jesús sobre la muerte con su Resurrección. La muerte fue vencida, así como el pecado que la causaba. Ahora la muerte es un paso hacia la vida eterna, y la vida de Jesús, que comenzó con el "sí" de María, culmina con la glorificación de aquella que es ejemplo de vida cristiana para todos nosotros.

Misterios Marianos
Meditamos en el reflejo de la vida de Jesús en la vida de María, que comienza antes que la de su Hijo y continúa tras la Ascensión.

NB: En los siguientes artículos, uno para cada uno de los veinte misterios, presento material para ayudar en la meditación de cada misterio. Este material, que debe usarse después de la enunciación de cada misterio y antes de la recitación de las diez Avemarías, consta de lo siguiente:

  • El texto bíblico referente a cada misterio.
  • Una meditación de los Padres de la Iglesia.
  • Una meditación propia.
  • Una oración inspirada en todos los textos.

Dependiendo del tiempo disponible, la persona que presida la recitación puede elegir solo el texto bíblico o el de los Padres de la Iglesia, una de las dos meditaciones, la oración, o todo cuando el tiempo lo permita.

P. Jorge Amaro, IMC




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